Hace unos días expusimos en la Cámara Venezolano-Británica nuestra apreciación sobre los efectos de las sanciones de los EE.UU. contra el régimen de Maduro. Especialmente las de tipo sectorial. Abro hilo con algunas aclaraciones y resumo algunas implicaciones:
Las sanciones preceden a la administración de Trump. En sep de 2008 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ordenó congelar cuentas y bienes a Ramón Rodríguez Chacín, Hugo Carvajal, y Henry Rangel Silva por evidencias de apoyo a las FARC en sus actividades de narcotráfico
Bajo el gobierno de Donald Trump, las sanciones personales han sido complementadas con sanciones de tipo sectorial en el ámbito comercial y financiero. Estas son las que han generado una dura polémica. Una polémica que el crisol político de la oposición hasta ahora ha evadido.
Entre las sanciones sectoriales, las más determinantes han sido: (a) Agosto de 2017 (de tipo financiero),(b) enero de 2019 contra PDVSA, (c) abril de 2019 contra el BCV y (d) Agosto de 2019 embargo contra el gobierno de Maduro.
En teoría las sanciones buscan atacar una falta para promover un cambio de conducta. En el caso específico de Venezuela, lo que se ha esperado es un cambio en la conducta política que ayude a promover un transición del régimen político.
Sin embargo, poco se ha advertido que los sancionados maniobran y pueden reaccionar de formas no del todo esperadas. La resistencia al cambio, y los cambios de conducta no esperados parecen ilustrar el caso venezolano.
Maduro y su régimen han mostrado una gran capacidad de resiliencia y han sabido trasladar la carga de las sanciones a la población, que cada día siente más su peso, así como frustración y fatiga.
En estudios de opinión hechos meses atrás, en marzo, 87% de los encuestados señalaban que las sanciones sectoriales afectan a la gente, y 64% no estaba de acuerdo con las sanciones petroleras.
Las sanciones petroleras no son la causa de la caída y colapso de la producción de petróleo (como se puede observas en la gráfica), pero si aumentaron la velocidad de caída y han profundizado la crisis. Todos los venezolanos por el momento pierden.
Semanas después de las sanciones financieras de agosto de 2017, el gobierno de Maduro entró en cesación de pagos de la deuda externa y Venezuela entró en hiperinflación. Pero cuidado podemos caer en la falacia post hoc ergo propter hoc.
Pero ciertamente las sanciones han propiciado la aceleración de procesos altamente destructivos para Venezuela. Las sanciones petroleros, han empujado a Maduro a profundizar el neo-extractivismo depredador y destructivo al sur del Orinóco con el objeto de hacerse de unos dólares.
Tampoco son las sanciones la causa de la crisis humanitaria. Las caídas nunca vistas en la región de importaciones de alimentos y medicinas se dan desde el inició del régimen de Maduro como se ve en los gráficos de Bahar, Bustos, Morales y Santos (2019).
Nos ha faltado agudeza para entender que, al final del día, las sanciones sectoriales no han propiciado ningún cambio de conducta que prediga un cambio del régimen político. Lo que está cambiando como consecuencia de las sanciones es el régimen económico.
Un buen ejemplo de lo anterior es calibrar la reacción de Maduro a las sanciones contra el Banco Central de Venezuela en abril de 2019. Maduro decidió 3 semanas más tarde decirle a los privados que busquen ellos mismos las divisas para trabajar. El BCV ya no provee divisas.
La flexibilidad en la fijación de los precios internos.
El sistema de venta de gasolina en 2 esquemas. La relajación de las regulaciones en el mercado de capitales. La exoneración del ISRL a las empresas petroleras. Es Maduro reaccionando al peso de las sanciones sectoriales
El sistema de venta de gasolina en 2 esquemas. La relajación de las regulaciones en el mercado de capitales. La exoneración del ISRL a las empresas petroleras. Es Maduro reaccionando al peso de las sanciones sectoriales
La última que se ha inventado es la Ley Anti-bloqueo. Un instrumento que regula las nuevas relaciones entre el Estado y un grupo de agentes privados nacionales e internacionales, que necesitan facilidades para ocultar negocios con el Estado.
Con esta Ley se promueve lo que hemos llamado "capitalismo de clientes". Un sistema parecido al empleado en Rusia durante la transición al capitalismo, que vino a engrosar las bolsillos de nuevos poderosos oligarcas.
Por lo demás, las sanciones sectoriales, han arrimado más a Maduro a consolidar oscuras alianzas con los gobiernos de Irán, Turquía y Rusia. Un resultado, desde la óptica geo-política, absolutamente contra-producente.
En conclusión, seguir imponiendo sanciones con impactos tan gruesos y significativos, mermando la calidad de vida de los venezolanos, llevándonos a una economía de oligarcas, sin conseguir los objetivos políticos esperados, es un tema que requiere ser profundamente re-evaluado.