París es una ciudad estéticamente preciosa y la ciudad favorita del mundo para muchísima gente, pero ¿es París realmente... París? Hilo parisien.
Corría el año 1852 y Francia, después de 4 años con Napoleón III como único presidente de la 2ª República Francesa, volvió a establecerse como imperio y se coronó al mismo Napoleón III como rey.
(INCISO: fun fact, Napoleón III es, según los libros de historia, sobrino de Napoleón Bonaparte, pero hace poco se hizo un estudio de ADN y resulta que entre los Bonaparte debe haber alguno con más cuernos que los renos de papa Noel. Fin del inciso, sigo)
París tenía por aquel entonces, como casi todas las ciudades de Europa, una planta que había crecido de forma orgánica desde la Edad Media: calles estrechas, cortas y casi nunca rectilíneas que seguían la planta original de la ciudad.
A los ricos de la época no les gustaban estas calles y muchos se empezaron a trasladar a los 'faubourgs' de las afueras (esa es la forma pija y francesa de decir: suburbios, afueras)
En el centro de París quedaron solo las clases populares. Ante la falta de inversión, acabó deteriorándose y además de ser un lugar lúgubre empezó a tener graves problemas de higiene y de delincuencia. A quien haya leído o visto Les Miserables esta historia le tiene que sonar.
Durante muchos años se había intentado poco a poco remodelar y adecuar el centro de la ciudad, pero Napoleón III ahora tenía un Imperio. Era EMPERADOR, y un emperador no podía andarse con chiquitas. No le gustaba el centro de París y había que hacer algo.
Había vivido en el Londres de la arquitectura georgiana y victoriana, donde los ricos vivían en céntricas y lujosas casas rodeadas de grandes parques, y ahora que Francia era Imperio había que superarlo. Y aquí es donde entra la figura del Barón Haussmann.
Napoleón III le encarga a él la ¿reforma del centro? Error, la reconstrucción* del centro. Se encargó al fotógrafo Charles Merville la documentación del centro para que quedara constancia de la ciudad que iba a, literalmente, desaparecer. Así era el París antiguo:
A partir de aquí, el barón va a tener plena libertad de expropiar absolutamente cualquier propiedad gracias a la legislación impuesta por Napoleón III poco después de su golpe de estado.
Haussmann crea su nueva red de grandes boulevares, en los que los edificios deben tener por ley las mismas alturas e inclinación de los tejados, así como una altura máxima total de 20 metros. Vamos, estoy hablando de este París:
Estas limitaciones encienden las críticas de artistas y arquitectos de la época por limitar la innovación y creatividad y por crear una monotonía que, aunque ahora apreciada por muchos, consideraban que hacía perder la esencia de la ciudad.
Las críticas salían hasta de gente como Charles Garnier, al que a bote pronto la reforma le convenía por dar protagonismo y espacio a una de sus obras, que acabaría siendo uno de los mejores edificios de Paris: la Ópera Garnier.
Asimismo, los parisinos dejan de sentirse parte de la ciudad. Las clases populares se ven expulsadas del centro para irse a nuevos barrios construidos más allá de los antiguos faubourgs, y aquellos barrios populares no céntricos quedan completamente fuera de la reforma.
Los expertos en arte (que no yo) dicen que este desánimo general de las clases populares parisinas queda retratado en muchos cuadros impresionistas de la época (Un bar aux Folies Bergère, Manet)
Todas estas críticas llevan a que en 1870 Napoleón III deje caer la figura de Haussmann, meses antes de la III República, que heredó toda la deuda resultante. El balance fue de 57 calles o pasajes desaparecidas, 2227 casas demolidas y más de 25 000 habitantes expropiados.
Gracias al urbanismo de Haussmann la calidad de vida en el centro de París mejoró drásticamente, los equipamientos se modernizaron y desaparecieron la falta de higiene, los problemas de salud, de tráfico y de delincuencia.
A cambio, París se convirtió en una ciudad de contrastes. Se acentuó la brecha entre este y oeste de la ciudad, el centro pasó a manos de las familias más pudientes y las clases populares se vieron desplazadas a zonas apartadas. A día de hoy, ese contraste enorme sigue ahí:
La palabra 'faubourgs' ha dado paso a 'banlieue', y la connotación es radicalmente opuesta. La París oculta a la mirada del rico y del turista.
Está claro que este es un problema de muchas ciudades, pero en París el cambio entre distritos es MUY radical. Precisamente por eso, muchos parisinos insisten en que los únicos que dicen que París es la ciudad más bonita del mundo son aquellos que no son de allí.
En el siglo XIX el urbanismo de muchas ciudades se contagiaron de estas reformas: ciudades como Viena perdieron sus murallas, y otras como Bruselas se quedaron sin casco histórico.
Viena:
Viena:
Muchas ciudades españolas continuaban también esta tendencia de grandes avenidas de manzanas ordenadas, pero afortunadamente al menos entonces sí respetamos los cascos históricos.
Madrid (Carlos María de Castro)
Bilbao (Achúcarro y Alzola)
Barcelona (Ildefonso Cerdá)
Madrid (Carlos María de Castro)
Bilbao (Achúcarro y Alzola)
Barcelona (Ildefonso Cerdá)
El centro de París está sumamente bien cuidado y probablemente sea el más estéticamente limpio y agradable, pero contado todo esto ya solo queda volver a lanzar la pregunta del primer tweet: ¿es París realmente... París?
Gracias una vez más a quien haya llegado hasta aquí jeje support your local influencer de hilos mierder con un rt. Dejo el típico enlace de pesao con el resto de hilos y ya me voy
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